Un filósofo llevó a sus discípulos a una habitación oscura.
-¿Qué ven? -les preguntó.
-Nada, maestro -le respondieron.
-La oscuridad es absoluta y no nos deja ver.
El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz.
-¿Qué ven ahora? -les preguntó otra vez.
-Nada, tampoco -dijeron los discípulos.
-Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver.
-Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros.
¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver, y estará solo! Y ¡ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá!
Así dijo el sabio. Y concluyó:
-Estamos hechos de sombras. ¿Dónde mejor que en nosotros puede brillar la luz?
Hay personas importantes y otras no tan importantes que cruzan por tu vida y la tocan con amor, o sin cuidado, y continúan….
Existen personas que se alejan y tú suspirascon alivio y cuestionas por qué tuviste quehaber tenido contacto con ellas.
Existen personas que se alejan y tu suspirascon nostalgia y te preguntas por quétuvieron que alejarse y dejar ese enormevacío en tí.
Los hijos se alejan de los padres, los amigosse separan y la vida sigue....
Personas cambian de hogar, personas crecen separadas, enemigos odian y se alejan.
Piensas en todos aquellos que han pasado por tu memoria, miras a los presentes y te cuestionas.
La vida pone y quita personas en nuestra vida y cada una de ellas, deja huella en nosotros.
Descubres que estás hecho de pequeñas piezas de todos aquellos que han pasado por tu existencia.
Eres más por ellos, y serías menos si no se hubieran cruzado en tu camino.
Si seguimos juntos, o si algún día nos separamos. . .
¡¡ Gracias por tocar mi vida !!
-¿Qué ven? -les preguntó.
-Nada, maestro -le respondieron.
-La oscuridad es absoluta y no nos deja ver.
El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz.
-¿Qué ven ahora? -les preguntó otra vez.
-Nada, tampoco -dijeron los discípulos.
-Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver.
-Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros.
¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver, y estará solo! Y ¡ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá!
Así dijo el sabio. Y concluyó:
-Estamos hechos de sombras. ¿Dónde mejor que en nosotros puede brillar la luz?
Hay personas importantes y otras no tan importantes que cruzan por tu vida y la tocan con amor, o sin cuidado, y continúan….
Existen personas que se alejan y tú suspirascon alivio y cuestionas por qué tuviste quehaber tenido contacto con ellas.
Existen personas que se alejan y tu suspirascon nostalgia y te preguntas por quétuvieron que alejarse y dejar ese enormevacío en tí.
Los hijos se alejan de los padres, los amigosse separan y la vida sigue....
Personas cambian de hogar, personas crecen separadas, enemigos odian y se alejan.
Piensas en todos aquellos que han pasado por tu memoria, miras a los presentes y te cuestionas.
La vida pone y quita personas en nuestra vida y cada una de ellas, deja huella en nosotros.
Descubres que estás hecho de pequeñas piezas de todos aquellos que han pasado por tu existencia.
Eres más por ellos, y serías menos si no se hubieran cruzado en tu camino.
Si seguimos juntos, o si algún día nos separamos. . .
¡¡ Gracias por tocar mi vida !!
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