Mis dos hijos (5 y 7 años) estaban peleando de nuevo, esta vez era respecto a quién jugaría con el tractor nuevo de Carlos.
Pensé: "¿Le ordenare a Juan que se lo devuelva a Carlos, o es hora de que Carlos aprenda a compartir? Se estaban poniendo violentos. Tendría que arbitrar una vez más; si solamente pudiera decidir quién tiene la razón...
Entonces me di cuenta de que ninguna de las alternativas exploraba las posibilidades y que mi respuesta, cualquiera que fuera, tal vez no seria la mejor manera de enseñarles como solucionar sus propias batallas.
Era el momento de probar algo diferente. Les pregunte a ambos:
"Bueno, ¿que podemos hacer? ¿Que queréis cada uno?
Trate de mostrarme interesada, curiosa y abierta. Por supuesto, los dos querían el tractor, pero uno de los niños dijo rápidamente: "No me importa si lo usa el hoy, siempre que yo lo pueda usar mañana".
Yo estaba sorprendida de cuan rápidamente habían encontrado una nueva opción. Lo que es mas los dos estaban de acuerdo con ella. Pienso que les estaba subestimando. Me sentía mejor también conmigo misma al no ejercer mi autoridad sobre ellos.
Carlos jugo con su tractor y al dia siguiente observe como se comportaban: ¿Le daría Carlos el tractor a su hermano? ¿Se lo pediría Juan?. Simplemente Juan dijo: "Hoy es mi turno", y Carlos se lo dio gustosamente.
Por fin, no se pelearon por el. No solamente habían encontrado su propia solución, sino que también la habían mantenido.
Pensé: "¿Le ordenare a Juan que se lo devuelva a Carlos, o es hora de que Carlos aprenda a compartir? Se estaban poniendo violentos. Tendría que arbitrar una vez más; si solamente pudiera decidir quién tiene la razón...
Entonces me di cuenta de que ninguna de las alternativas exploraba las posibilidades y que mi respuesta, cualquiera que fuera, tal vez no seria la mejor manera de enseñarles como solucionar sus propias batallas.
Era el momento de probar algo diferente. Les pregunte a ambos:
"Bueno, ¿que podemos hacer? ¿Que queréis cada uno?
Trate de mostrarme interesada, curiosa y abierta. Por supuesto, los dos querían el tractor, pero uno de los niños dijo rápidamente: "No me importa si lo usa el hoy, siempre que yo lo pueda usar mañana".
Yo estaba sorprendida de cuan rápidamente habían encontrado una nueva opción. Lo que es mas los dos estaban de acuerdo con ella. Pienso que les estaba subestimando. Me sentía mejor también conmigo misma al no ejercer mi autoridad sobre ellos.
Carlos jugo con su tractor y al dia siguiente observe como se comportaban: ¿Le daría Carlos el tractor a su hermano? ¿Se lo pediría Juan?. Simplemente Juan dijo: "Hoy es mi turno", y Carlos se lo dio gustosamente.
Por fin, no se pelearon por el. No solamente habían encontrado su propia solución, sino que también la habían mantenido.
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