MADRE ALIENADORA, PADRE EXCLUIDO

domingo, 24 de junio de 2007

ARANTXA COCA VILA - PSICOPEDAGOGA FAMILIAR

LA VANGUARDIA

LA CONTRA - VÍCTOR-M. AMELA - 20/06/2007

Tengo 31 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy psicopedagoga familiar. Vivo en pareja y tengo un bebé de seis meses, Dominic. Soy librepensadora. No comento mis creencias religiosas. Constato hoy un incremento del síndrome de alienación parental: uno de los progenitores intenta extirpar al otro de la esfera afectiva de su hijo.

Las familias necesitan psicólogo?
Sobre todo en defensa de los menores. - ¿Estamos dañándoles? - A mí ahora me inquieta mucho el incremento del síndrome de alienación parental.

¿Qué es eso?
Es un atentado al derecho del menor de disfrutar de dos progenitores, a tener dos referentes, a tenerlos integrados dentro de sí.

A contar con un padre y una madre, ¿no?
Tanto si están vivos como si están muertos, el menor tiene derecho a integrarlos afectivamente a ambos desde el bienestar.

¿Y quién perturba ese derecho del menor?
El alienador parental.

¿Quién es ese tipo?
Uno de los dos progenitores.

Pues empezamos mal...
Sí. Un progenitor se convierte en alienador cuando actúa de modo que logra indisponer al menor con su otro progenitor.

Ah, ya voy entendiendo...
Sucede en muchas separaciones de pareja: un progenitor programa mentalmente al menor para que identifique al otro progenitor como una amenaza, como al enemigo.

¿De verdad podemos "programar mentalmente" a un menor?
¡Claro! Es una auténtica programación mental con fines perversos. ¡Un lavado de cerebro como el de una secta!

Un ejemplo.
Imagine a una madre separada que le dice a su hijo, antes de librarlo al padre en su fin de semana: "No tienes por que hacer nada que no te apetezca...".

Ah, qué sutil...
Instila en el menor una actitud refractaria hacia el padre, ¡la actitud de defenderse de él! Y, claro, aquí me llegan padres desesperados porque su hijo de diez años les ha espetado: "¡Tú a mí no me mandas!".

Tristísimo: así es imposible ser padre...
El padre, loco de dolor, ve como pierde el afecto de su hijo. ¡Y al hijo le roban al padre!: el alienador (la madre, en este caso) inflige un gravísimo maltrato psicológico al hijo, pues le extirpa al padre de su esfera afectiva, de su psique. ¡Una mutilación emocional!

En este caso que me cuenta, ¿el menor está metabolizando el odio de la madre?
El padre se retrasa diez minutos en recoger al menor, y la madre comenta: "Ay, otra vez nos ha fallado tu padre". ¡"Nos", dice!: fusiona al menor a ella. Y el menor se identifica, y se desvivirá por no "traicionarla".

¿Y con qué consecuencias?
Interiorizará el abandono (y eso derivará en tristezas, depresiones...), se sentirá culpable de lo que sucedió, ¡y no soportará separarse de su madre! Y pronto será el menor quien actuará por ella: se negará a ver al padre.

¡Parece un ejercicio de vudú, de posesión!
No es mal modo de verlo.

Me ha hablado de una madre alienadora: ¿es el esquema habitual, o hay otros?
Por desgracia, es el más frecuente. Es un triángulo: madre alienadora, padre excluido, menor alienado. ¡Psíquicamente mutilado!

El padre es el que más sufre, en principio.
"Este niño me adoraba, y ahora... ¡no le reconozco!", me dicen padres entre sollozos. Es la señal: el niño ha sido alienado. Es decir, ha mutado su identidad afectiva: ¡al igual que una anoréxica se ve gorda, ahora este niño ve en su padre a un enemigo!

Todo un drama..., ¿irreversible?
Habría que retirarle el hijo alienado (maltratado) al alienador (maltratador): retirarle la custodia, apartarle una temporada.

Hágase, pues.
Hay un problema: los jueces. Los jueces no quieren mojarse: la custodia, para la madre. ¡No quieren complicarse! No contemplan el síndrome de alienación parental como maltrato psicológico. ¡Y se consuma!

Pues vaya con nuestros jueces...
Los jueces optan por preguntar al niño. Y, claro, el niño alienado habla por boca del alienador... Y el juez no profundiza más.

¿Qué puede hacerse?
A la sociedad, que ya se ha concienciado acerca de maltratos como el mobbing y el bullying,le toca ahora concienciarse de este maltrato de alienación parental.

¿Qué aconseja a un progenitor que empiece a detectar este síndrome en su hijo?
Pese a todo, comunicárselo al juez. Insistir. Luchar por el menor. Por su bien. A un padre excluido le he dicho: "Lucha por tu hijo, ¡para que un día comprenda que tú quisiste tenerle a tu lado!". La madurez del hijo, un día, podría devolvérselo...

Magro consuelo.
Lo peor, lo más duro para el padre excluido, es verse insultado, ¡insultado!, por su hijo. Se registran muchas depresiones, claro...

¿Qué síntomas en un niño deberían alertar al progenitor?
Si el niño viene con una lista de normas del otro progenitor: "Que haga o no haga esto", que si la ropa, que si los deberes... O cuando el niño le suelta al padre: "¿Por qué no nos das más dinero?" O cuando el padre le riñe y el niño replica: "¡No me hables así o irás al juez!". O le dice: "¡No me toques!".

¿Alguna pista más?
El niño puede somatizar su caso en alteraciones digestivas. Y empeorar en la escuela, por una merma de atención y memoria.

¿Todos somos alienadores en potencia?
Sí. Sobre todo si eres una persona susceptible, tajante, monolítica, exagerada, y si sueles pensar que todo el mal está en el otro.

¿A qué extremo puede llegar el alienador?
Una acusó con falsedad a su ex de acoso sexual sobre sus hijos, para que el juez los apartase cautelarmente del padre... ¡y así culminar sin trabas la alienación del menor!

O D I O

Estremece oír los casos que me relata Arantxa Coca en su consulta, analizados también en su manual ´Hijos manipulados tras la separación´ (Oxigen Viena), coescrito con Domènec Luengo y subtitulado ´Cómo detectar y tratar la alienación parental´.

Algunas madres llegan a ´encargarle´ informes psicológicos que perjudiquen al padre, para que el juez le paralice las visitas a los hijos, y así tener vía libre en su proceso de ´alienación parental´.

Arantxa Coca las rechaza: "Sólo trabajo con menores si tengo el consentimiento de ambos progenitores" (cosa que no todos los psicólogos hacen). "Mi ex me ha destrozado la vida, ¡y ahora se va a enterar!", se dice una parte.

Y vaya si se entera... a costa de inmolar a los hijos, a los que ama menos que a ese odio que la abrasa.

4 comentarios

  1. A raíz de la noticia publicada en los medios de comunicación de una mujer que se queda sin la custodia de su hija por ponerla en contra de su padre, quisiera abrir un debate hablando de las otras victimas del Síndrome de alienación parental.

    Intentaré contar mi historia lo más brevemente posible.

    Hace tres años entró en mi vida mi actual pareja, un hombre divorciado padre de dos hijos de 11 y casi 17 años. Poco a poco fui conociendo a sus hijos y no hubo ningún problema. Cuando la madre de los niños supo de mi existencia, amenazó a mi pareja con no dejarle ver nunca más a sus hijos si no dejaba de ver a “su querida”. No dimos ninguna importancia a este chantaje pero nos equivocamos porque han sido ya 3 años de acoso, calumnias y actualmente estamos inmersos en denuncias, juicios y falsas acusaciones. Mi pareja llegó a estar acusado de amenazas de muerte con orden de alejamiento y absuelto por un Juzgado de violencia de género y por la Audiencia Provincial. Ahora tenemos que defendernos de una falsa acusación de agresión, acusación hecha por el hijo mayor.

    Lo único que pretendemos es ser felices, disfrutar de la vida en común , transmitir y compartir esta felicidad con los hijos de mi pareja en un ambiente apacible y familiar, apoyados por nuestras familias y nuestros amigos.

    Mi vida es ahora un autentico calvario y seria largo entrar en detalles ya que la ex-mujer de mi pareja me tacha de todo lo imaginable.

    Quien habla de nosotras, la nueva pareja de un hombre divorciado, de lo que sufrimos, de lo difícil que es mantener la relación y hacer frente a tantas acusaciones, calumnias y falsas denuncias, sin hablar del cariño que llega a instalarse entre los hijos de nuestra pareja y nosotras, cariño que se transforma en autentico odio por parte de los hijos como consecuencia del malmeter constante de la madre y de su entorno.

    Somos las otras victimas del Síndrome de alienación parental.

    Brigitte Formell
    Las Palmas de Gran Canaria
    Tel. 627 655 070

    brigitte.formell@orange.es

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  2. Hola Brigitte, ante todo quiero agradecerte tu explicación al respecto. Yo desconocia estos daños colaterales que ocasionan los sindromes de alienación parental, tal vez porque en mi caso particular yo no tengo pareja desde que me separe. Pero si deberiamos dar a conocer este problema añadido a toda la sociedad, politicos, jueces, etc... Para que se den cuenta que con este tipo de situaciones no se puede jugar.

    Si lo deseas hazme llegar un texto explicando el tema de forma más extensa y lo cuelgo sin dudarlo.

    Estoy convencido que este es el granito de arena que nosotros podemos aportar para mejorar este planeta.

    Un abrazo y animo, quien lucha con amor al final recoge lo que ha sembrado.

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  3. Hay cosas que no puedo entender... con lo corta que es nuestra vida, como nos podemos permitir el lujo de amargarsela a los demas, y como se atreve la gente o esas que dicen ser "madres" de inducir a sus hijos a algo que no sea Amar a sus padres,Nadie save lo importante que es la figura de un padre/madre hasta que la pierde para siempre.Deseo que llegue el dia en que la gente se de cuenta que solo podra ser FELIZ cuando deje de hacer daño a los demas...
    UN ABRAZO
    Angelita

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  4. Hola, soy Brigitte

    Muchas gracias por el apoyo.

    Estoy a tu disposicíon si quiere para relatar con más detalles mi caso si puede con este granito de arena ayudar a otras personas.

    Un saludo.
    Brigitte

    brigitte.formell@orange.es

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