AMOR SIN DEPENDENCIA

viernes, 20 de julio de 2007

Extraido de un blog interesante. OTRO MUNDO ES POSIBLE

"No hemos heredado la Tierra de nuestros padres, la tenemos prestada de nuestros hijos"

CÓMO TRANSITAR POR LOS SENDEROS DEL VERDADERO AMOR.

Declararse afectivamente libre es promover el amor sin opresión, es distanciarse de lo perjudicial y contactar con el lado saludable del amor. Aunque hay muchas diferencias entre lo que significa amor y dependencia, podríamos destacar algunas de ellas, como por ejemplo el hecho de que dos personas que se aman verdaderamente son capaces de estar solas sin tener una sensación de carencia afectiva o vacío. Si hay amor uno no tiene miedo a perder a la persona amada, pero si hay dependencia, el temor al abandono se manifiesta permanentemente.

En el amor no hay celos infundados, en la dependencia son comunes los celos incontrolados e irracionales.

En el amor la autoestima se fortalece, en la dependencia los sentimientos de inseguridad crecen como la espuma.

Para aumentar nuestra autoestima hay que fijarse en las propias virtudes, rechazar la autocrítica, mostrarse indiferente a los ataques de los demás, proponerse retos asequibles y premiarse por conseguirlos, tomar decisiones sin contar con el apoyo de nadie y no pensar en lo que estarán pensando los demás.

En el amor puedo seguir siendo “yo”, con mis intereses, gustos y necesidades en pleno funcionamiento. En la dependencia el “yo” se desvanece en los requerimientos del otro hasta perder la propia esencia.

En el amor hay alegría, en la dependencia, tristeza y estrés.

La adición amorosa va de la mano de la ilusión de permanencia, la idea de que el amor es eterno e inalterable. Esta concepción está sustentada en el romanticismo a ultranza que considera que el amor verdadero es para toda la vida, incluso para otras vidas.

El auge de la Nueva Era ha hecho renacer el mito de las almas gemelas cuya premisa sostiene la existencia de alguien que encaja exactamente con uno, una especie de media naranja cósmica, pero la realidad es que somos nosotros mismos quienes construimos o destruimos el amor.

Cada enamorado busca completarse en el otro. Si eres una persona débil e insegura, de manera consciente o inconscientemente buscarás parejas que te ofrezcan seguridad y protección. Es probable que el miedo a la desprotección o el desamparo desencadene una fuerte necesidad de tener a alguien mas fuerte a tu lado para poder vivir. Con el tiempo este tipo de vínculo afectivo termina por configurar una relación maternal o paternalista.

Si te dejaron de amar, asume que no hay nada que hacer, saca a pasear la dignidad y no te humilles jamás.

Si te lastiman o maltratan será que no te merecen.

Si no sabes si te aman, olvida esta relación, a los enamorados de verdad no hay que convencerlos de su amor.

Hay que practicar el realismo afectivo: no dejar que el amor adicto te arrastre a la irracionalidad, descartar el autoengaño y descartar la esperanza inútil, la que nos aleja del aquí y del ahora.

Lo que nos hace inmunes a la adicción afectiva es explorar el mundo buscando otras fuentes que nos hagan sentir llenos, hacernos cargo de nosotros mismos y exaltar la autonomía, darle un sentido a la propia vida y potenciar el crecimiento personal y la vocación.

Andar lo más rápido que se pueda, pero sin desconocer los abismos, tomar las curvas con cuidado, embelesarse sin idiotizarse, amar sin subordinarse.

(Resumen del artículo "Amor sin dependencia" de Walter Riso, aparecido en el nº 298 de la Revista Integral)

Arantxa.

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