LA JAULA DORADA

viernes, 16 de abril de 2010

Por cortesía de Conxi Puig.

ANGELES PERSONALIZADOS

Había una vez una chica que se llamaba Mireia. Hacía muchos años que Mireia se sentía prisionera. Su vida pasaba día a día dentro de una jaula con barrotes.

La curiosidad, es que los barrotes que la rodeaban no eran todos iguales:

• Unos eran más anchos y otros más delgados.

• Habían más fuertes y otros eran más blandos.

• Los más gruesos eran de oro.

• Otros eran de plata.

• Y había un montón que eran de bronce.

El espacio que había entre barrote y barrote era ancho, pero estaba cubierto de finísimos hilos de seda, que de hecho, se podían romper pasando suavemente la mano, pero Mireia nunca se había dado cuenta de esto.
Mireia no era feliz, pero se conformaba con el espacio de aquella jaula.

Los barrotes de ORO eran muy gruesos y estaban formados por; UNA ESTABILIDAD ECONÓMICA, UN TRABAJO BIEN RENUMERADO AUNQUE CON INSASTIFACCIÓN, UNA BUENA CASA, UNA PAREJA ESTABLE PERO SIN COMUNICACIÓN…

Los barrotes de PLATA eran fuertes y anchos y la mayor parte estaban formados por EL POBRE DE Mí, lo conocéis este? seguro que sí, es un barrote bastante común, además suele ir acompañado DEL TODO ME PASA A MÍ y de otros cómo POR LO QUE HAGO AQUÍ PREFERIRIA MORIR y seguro que encontraremos mas barrotes de este tipo.

Después encontramos los barrotes de BRONCE más delgados, pero no por esto menos fuertes, estos están formados por EL MIEDO, LA INDECISIÓN LA INSEGURIDAD…

Y llegamos a los hilos de SEDA, formados por centenares de memorias negativas adquiridas como EL QUE DIRÁN, ESTO NO SE HACE, HE DE AGUANTAR, NO ME PUEDO QUEJAR…

Ahora ya tenéis una idea de la jaula en la que estaba prisionera Mireia, pero ahora os explicaré lo que todos estos barrotes no le dejaban ver.

Allí fuera de la jaula estaban SUS SUEÑOS, SUS EMOCIONES, SU LIBERTAD, LA VIDA SEGÚN SUS IDEALES, EL TRABAJO DESEADO, etc…


Pero allí acompañando a la Mireia, en otra dimensión se encontraban unos seres de luz:

• Unos seres que no se ven, pero se captan.

• Unos seres que no hablan, pero nos susurran al oído.

• Unos seres que nos ayudan, si se lo pedimos.

• Unos seres que nos enseñan el camino, si lo aceptamos.


Estoy hablando de los ÁNGELES.


Seres ya conocidos por la Mireia, pero olvidados en el baúl de los recuerdos de la infancia.

Los ángeles de Mireia estaban cansados de sus quejas y al mismo tiempo sentían impotencia, puesto que ella nos les pedía su ayuda.

Entonces decidieron darle un empujón y la tiraron al suelo (esta situación puede estar relacionada con una caída, una enfermedad, pérdidas económicas…)

Al caer, tocó con su mano los finísimos hilos de seda de su jaula, haciendo de esta manera un pequeño agujero.

Mientras se iba levantando este se fue agrandando, dejando de esta manera un gran espacio entre barrote y barrote por el cual podía salir. Paso a paso fue saliendo de su prisión. Alejándose de aquellos barrotes dorados. De los miedos, las indecisiones.

Y aprendió que si pides se te da.

Que si quieres tienes.

Que si ayudas recibes.

Y que si haces el primer paso, puedes recorrer una larga distancia.

Y sobretodo, que en este largo camino no estamos solos, puesto que aunque no los veamos, hay quien nos cuida, quien nos guía, quien nos habla al oído, nos arropan con sus alas, con amor, poniendo de esta manera a nuestro alcance la solución a nuestros problemas y tan sólo nos piden que CREAMOS y CONFIEMOS EN ELLOS, los ángeles.

Yo deseo que consigáis dejar atrás vuestra jaula, vuestros barrotes y espero que los ángeles hagan realidad vuestros sueños.


2 comentarios

  1. HOLA PUMJ: muy hermoso y cierto esto De Eva Rodriguez, podria ser la historia de cualquiera de nosotros.
    Y es cierto, nos ponemos muchas barreras, muchas criticas, unas enseñadas y otras adquiridas, y otra veces la propia comodidad de no arriesgar.
    Yo creo en los Angesles, y En Seres que ya se fueron y te ayudan, en lo que pueden, y en lo que tu les dejas. Y tambien creo en los Angeles de aqui de la Tierra, personas con las que nos cruzamos y nos ayudadn, con un gesto, una palabra, o con cariño, o mil cosas mas. Por mi vida han pasado muchos Angeles, terrenales y celestiales. A todos muchas gracias.

    Un saludo

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  2. Precioso relato, y si, todos a veces estamos en esa jaula, y a veces tiene que venir un empujon, un dolor, para despertar.

    Yo tambien creo en los Angeles. y DOY GRACIAS POR TODOS LOS QUE ME HAN AYUDADO, TANTO LOS CELESTIALES COMO LOS SERES HUMANOS.

    Un saludo PUMJ, me alegra sigas con la pagina.

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