Un jugador alevín (en torno a 11 años) del Málaga C.F. lanzó a fallar deliberadamente un penalti el pasado fin de semana después de que un rival tocase el balón con la mano tras escuchar un silbido que, erróneamente, consideró que era del árbitro. Fuese por iniciativa propia o por indicación de su entrenador, la decisión resulta igualmente plausible. De hecho, según los medios, se escuchó una fuerte ovación.
Decía Pedro Salinas: "La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se recorre más o menos camino; se llega más o menos lejos. Eso es todo". Yo creo que, en general, cualquier empresa que abordamos persigue ese deseo de superarnos, de elevarnos. Ese debió de ser el sentido original del deporte. Por eso nos conmueven los gestos como el del joven jugador malacitano. Apreciamos el valor de lo bello, de lo bueno, de lo noble, y la emoción se apodera de nosotros. Un buen poema, la vida de un ser admirable (Teresa de Calcuta, Mandela...), una acción virtuosa: todo ello nos sirve para impregnarnos del aroma de lo sublime.
Sería bonito que en todas las canchas deportivas (independientemente de la categoría del partido), cada fin de semana, reinase una visión elevada del deporte (esa que nunca debió dañarse). Sería bonito que los jugadores no fingiesen para sacar, deslealmente, una ventaja; que los árbitros no fuesen insultados; que al aterno rival se le respetase como si fuera de nuestro equipo. Así, quizá dejaría de ser noticia lo reseñado al comienzo. Quizá ya no destacaría como algo grande en medio de lo menos virtuoso. Simplemente sería el pan nuestro de cada día en el deporte; un pan de los que llenan de verdad, se gane o se pierda.
Vamos a elevarnos. Vamos a vivirlo.
Ángel Andrés Jiménez Bonillo, árbitro de fútbol.
11 de octubre de 2010.
Decía Pedro Salinas: "La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se recorre más o menos camino; se llega más o menos lejos. Eso es todo". Yo creo que, en general, cualquier empresa que abordamos persigue ese deseo de superarnos, de elevarnos. Ese debió de ser el sentido original del deporte. Por eso nos conmueven los gestos como el del joven jugador malacitano. Apreciamos el valor de lo bello, de lo bueno, de lo noble, y la emoción se apodera de nosotros. Un buen poema, la vida de un ser admirable (Teresa de Calcuta, Mandela...), una acción virtuosa: todo ello nos sirve para impregnarnos del aroma de lo sublime.
Sería bonito que en todas las canchas deportivas (independientemente de la categoría del partido), cada fin de semana, reinase una visión elevada del deporte (esa que nunca debió dañarse). Sería bonito que los jugadores no fingiesen para sacar, deslealmente, una ventaja; que los árbitros no fuesen insultados; que al aterno rival se le respetase como si fuera de nuestro equipo. Así, quizá dejaría de ser noticia lo reseñado al comienzo. Quizá ya no destacaría como algo grande en medio de lo menos virtuoso. Simplemente sería el pan nuestro de cada día en el deporte; un pan de los que llenan de verdad, se gane o se pierda.
Vamos a elevarnos. Vamos a vivirlo.
Ángel Andrés Jiménez Bonillo, árbitro de fútbol.
11 de octubre de 2010.
Entradas
Sr. Arbitro. NO ME GUSTA EL FUTBOL, PERO ESTOY DE ACUERDO CON USTED. Mi marido jugo muchos años al futbol, y le encantaba verlo, pero los ultimos años ya pasaba, porque decia que el futbol ya no era futbol, que era negocio y figuras. Y yo pienso lo mismo. Ahora prima, el chico guapo que haga propagandas. Y se trae muchas figuras de fuera, y la cantera de jugadores de aqui grandes chicos, se quedanen el camino. Yo creo que la gente va al futbol a gritar y desahogarse de sus problemas, nunca me gusto, por los insultos que se oyen a unos o otros o ustedes. Pero la gente para desahogar insulta, pero antes no habia violencia. Ahora sí.
ResponderEliminarOJALA PROHIBIERAN TODOS LOS DEPORTES QUE LLEGAN A ESOS EXTREMOS, A VER SI APRENDIAN LOS GAMBERROS. PERO CLARO COMO GENERA TANTO DINERO.
ME QUEDO CON LOS PARAOLIMPICOS. Eso si es Luchar y es deporte y esfuerzo.
Ojala un día les dejen de insultar, pero sobre todo que no les peguen , ustedes cumplen su trabajo, aunque algunos lo hagan mal o se equivoquen. Los futbolistas tambien lo hacen.
Un saludo pumj. Un saludo señor arbitro.