HAY HOMBRES QUE SUFREN LA LEY DE GENERO

martes, 30 de enero de 2007

ELÍAS MARTÍN SACERDOTE DE LA ALBERICIA
«Hay hombres que sufren la Ley de Género»

Oferta ayuda a los varones a quienes «se priva del supuesto de inocencia»

JUAN CARLOS FLORES-GISPERT/SANTANDER
El Diario Montañes

La Albericia es uno de los barrios más populares de Santander que aún arrastra problemas, como un asentamiento gitano y la convivencia de zonas residenciales con naves industriales. Uno de los sacerdotes del barrio, Elías Martín, lucha desde hace años por sus feligreses y ahora propone un centro de atención a maridos acusados de ser violentos en el hogar.

-¿Cómo se concreta esa idea? -Se trata de ofertar al grupo de hombres que ha sufrido algunas de las consecuencias, nada justas, de la Ley Integral de la Violencia de Género, un local donde puedan reunirse para ayudarse y ayudar a los que en el futuro estén en su misma situación.

-¿Hombres desasistidos por la ley?

-En Santander hay nueve centros oficiales donde recibe orientación y apoyo la mujer que ha denunciado malos tratos. Para el hombre no hay organismo oficial que contemple igualmente esta necesidad. Esto es un trato discriminatorio.

-¿Dice 'consecuencias nada justas de la ley'?

-Estoy en contacto con algunos casos y veo ilegalidad en el hecho de que, por declaración de la parte supuestamente violentada, el acusado pase a ser reo, privándosele del supuesto previo de inocencia válido en toda causa. Se le da una pasada por el calabozo, se le entintan los dedos para que queden impresos en los registros de policía y, en menos de 24 horas, se le obliga a abandonar casa e hijos, y se ve cuestionado, a raíz de todo esto, en su mundo social y laboral.

-¿Y cual es su oferta?

-Ofrezco un local donde este colectivo de hombres desamparados y sin apoyo oficial que vive esta situación pueda reunirse y buscar la forma para defenderse legalmente y ayudar a las situaciones que se están presentando y se van a presentar a otros hombres, hasta no se modifique la ley. Por ello ya luchan juristas de renombre, como María Sanahuja, jueza decana de Barcelona. Mi teléfono para atender a cualquiera de estos hombres es el 942 33 38 68.

-¿El futuro de La Cavaduca?

-Parece que ya sí la van a erradicar. Bien para los habitantes de ese poblado, porque tendrán, por lo menos objetivamente, una mayor calidad de vida, y excelente para La Albericia que, por fin, va a mostrar un rostro más lustroso ante el resto de la ciudad. A los políticos quiero decirles que se dejen llevar más por los principios y convicciones que por las oportunidades y ventajas electorales. La Cavaduca tiene 25 años, los mismos que lleva exigiendo una salida. Ahora parece que se le quiere dar una solución.

-Hace poco me dijo que, hoy, la Navidad es una farsa...

-Sí. Es que de verdad que se ha quitado a la Navidad toda su base. Empezamos por hablar de felices fiestas, en vez de decir felices fiestas de Navidad, porque se celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. Y continuamos por despojarlas del gratificante sabor humano y religioso que, de por sí, contienen. Y me refiero al calado familiar que debe respirar Navidad, a la entraña de paz y convivencia humana que las atraviesa, al sentido trascendente que aporta la experiencia de un Dios que se hace historia humana entre nosotros.

-Pero, ¿de qué me habla?

-De lo que debería ser y no es la Navidad. Porque nada tienen que ver con todo lo que le he descrito anteriormente las comilonas de familia y de clanes profesionales, donde hay de todo menos comunión y comunicación. Y nada tiene que ver la Navidad con los ruidos petarderos, con las fiestas de sociedad y con los regalos que tienen de todo menos de don cariñoso, con las bobaliconas cartas de felicitación y los estúpidos e-mail. De verdad que no deberíamos entrar por estos rollos: para los no creyentes, porque este juego no va con ellos. Y los que creemos, porque la manera de jugar no es la acordada en unas reglas mínimas de cristianismo.

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