REFLEXIONES

domingo, 13 de marzo de 2011



Había una época en que la medicina consistía en sanar, no en hacer negocio.

La humanidad ha perdido encarecidamente el sentido literal de la “HUMANIDAD”.

No se puedes sanar al mundo sin sanarse primero a uno mismo.

Las mayores satisfacciones en la vida provienen de abrir el corazón a las personas necesitadas.

La mayor felicidad consiste en ayudar a los demás.

Todo es soportable cuando hay amor.

Morir no es algo que hay que temer; puede ser la experiencia más maravillosa de la vida. Todo depende de cómo hemos vivido.

Debemos vivir hasta morir.


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