LA VANGUARDIA.ES
Enric Sierra - 14/06/2007
Un año y tres meses después de conocerse la tragedia que vivía Alba, la niña de Montcada i Reixac que fue brutalmente maltratada presuntamente por el compañero de su madre y con la complicidad de ésta, la juez del caso ha cerrado la instrucción. Sus conclusiones son contundentes y, por eso, mantiene en prisión a la parejita. Las graves secuelas que sufre la niña maltratada la obligan a permanecer en una silla de ruedas, además de haberse quedado muda.
Alba sigue recuperándose bajo la tutela de la Generalitat, a pesar de que la niña tiene un padre biológico. El padre se llama Álvaro y cuando se descubrió el drama que sufría su hija, fue acusado injustamente de estar involucrado en las agresiones. La justicia aclaró que Álvaro nada tenía que ver con el caso. Pero esta aclaración no despejó las reservas de la Generalitat respecto a la relación que debía tener el padre con su hija. Al principio tuvo ciertas dificultades para conseguir que le dejaran visitar a Alba. Cuando le permitieron verla, decidió solicitar la tutela de la niña y un año después, sigue esperando la respuesta de la administración. Mientras tanto, Álvaro no puede ver a su hija cuando quiere, lo debe hacer siguiendo un régimen de visitas impuesto por la Generalitat.
No lo acabo de entender. El hecho de que la niña necesite cuidados médicos y que deba permanecer ingresada en un centro sanitario, no es impedimento para que su padre tenga la tutela. Supongo que la lentitud en la resolución no tiene nada que ver con que Álvaro sea su padre y quiero pensar que si hubiera sido la madre la que hubiera pedido la custodia, la administración habría actuado de la misma manera. ¿O es mucho suponer?
Enric Sierra - 14/06/2007
Un año y tres meses después de conocerse la tragedia que vivía Alba, la niña de Montcada i Reixac que fue brutalmente maltratada presuntamente por el compañero de su madre y con la complicidad de ésta, la juez del caso ha cerrado la instrucción. Sus conclusiones son contundentes y, por eso, mantiene en prisión a la parejita. Las graves secuelas que sufre la niña maltratada la obligan a permanecer en una silla de ruedas, además de haberse quedado muda.
Alba sigue recuperándose bajo la tutela de la Generalitat, a pesar de que la niña tiene un padre biológico. El padre se llama Álvaro y cuando se descubrió el drama que sufría su hija, fue acusado injustamente de estar involucrado en las agresiones. La justicia aclaró que Álvaro nada tenía que ver con el caso. Pero esta aclaración no despejó las reservas de la Generalitat respecto a la relación que debía tener el padre con su hija. Al principio tuvo ciertas dificultades para conseguir que le dejaran visitar a Alba. Cuando le permitieron verla, decidió solicitar la tutela de la niña y un año después, sigue esperando la respuesta de la administración. Mientras tanto, Álvaro no puede ver a su hija cuando quiere, lo debe hacer siguiendo un régimen de visitas impuesto por la Generalitat.
No lo acabo de entender. El hecho de que la niña necesite cuidados médicos y que deba permanecer ingresada en un centro sanitario, no es impedimento para que su padre tenga la tutela. Supongo que la lentitud en la resolución no tiene nada que ver con que Álvaro sea su padre y quiero pensar que si hubiera sido la madre la que hubiera pedido la custodia, la administración habría actuado de la misma manera. ¿O es mucho suponer?
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