Por cortesia de LOURDES CAVADA CURRAIS.
Después de un tiempo, uno aprende
la sutil diferencia entre sostener una mano,
y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos,
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta, y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes,
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale.
Y uno aprende, y aprende.
Y con cada día, uno aprende.
BORGES.
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